No escribía hace mucho pero creo que esta es una ocasión especial, además de que a pesar de todo es una forma de desahogar todo lo bueno y malo que siento en este momento.
Siempre soñé con que mi graduación iba a ser un acontecimiento que nunca iba a olvidar. Sería tan especial que me pondría a llorar, abrazaría a mis amigos y les diría que los quiero mucho pero nada de eso paso. Simplemente fue un día en el que me sentí totalmente fuera de lugar y sola, no porque no tuviera amigos sino porque sentí que no estaba con ellos.
¿Apartada?
Si, esa es la respuesta, me había alejado de ellos por poner primero al estudio (a veces todavía me arrepiento) pero en ese día en especial me lamenté en silencio por aquello, al verlos tan felices y tristes a la vez sentí envidia de que ellos si estuvieran teniendo la graduación que yo siempre había soñado.
Los amigos que con tanto esfuerzo había logrado tener solamente me dedicaban sonrisas, tenía la sensación de que sentían pena de mí y era lo que más enojaba porque seamos sinceros a nadie le gusta que sientan pena de uno pero después de conversar con unas amigas me di cuenta de que todo aquello era tonto, de que no era necesario llorar para sentirse triste por el fin de algo pues hay distintas formas de tristeza y tal vez el sentirme apartada era mi forma de tristeza.
Y no sé porque pero de repente me he quedado sin palabras, creo que al fin he dejado aquel sentimiento ir y me siento mejor, tal vez nadie lea esto y si lo hace no lo le importe pero igual le agradezco.
